NO HAY MONTAÑA DEMASIADO ALTA

Jun 3, 2021

En el corazón de los Andes, rodeado de increíbles montañas, lagos y el aroma único de la manzanilla, se encuentra la comunidad de Gatazo, donde la iglesia local entrega alimentos y víveres todos los meses a más de 500 niños beneficiarios del Programa de Patrocinio Infantil de Compassion.

Debido a la pandemia, los niños no pueden asistir a la iglesia ni a la escuela de forma presencial. Al mismo tiempo, los padres deben continuar realizando su trabajo en el campo, lo que ocasiona que sus hijos se queden solos durante muchas horas al día. Su infancia no es fácil, pues desde muy pequeños asumen roles en su hogar que no deben tener.

Por estas razones, Compassion Ecuador juntamente con la iglesia, están ahí para servir a los más vulnerables. Independientemente del clima, las malas carreteras o la altura de las montañas, el pastor Luis va de casa en casa entregando alimentos, asegurándose de que todos los niños tengan suficiente comida, garantizando su bienestar. «Nuestro objetivo es llegar a cada uno de los hogares, necesitamos confirmar que nuestros niños estén bien alimentados y sanos”, dice Luis.

Uno de los niños beneficiados es Jostin, de ocho años, alegre y extrovertido. Pasa la mayor parte del día solo en casa, ya que su padre trabaja en otra ciudad y su madre cultiva en el campo en las frías montañas. Él no tiene acceso a internet, así que debe caminar a la escuela para recibir sus guías de estudio y regresar a su hogar para estudiar solo. A pesar de su corta edad, se auto educa todos los días y se prepara sus propias comidas. «Siempre que voy a la escuela, paso por la iglesia porque siempre me dan galletas», dice con una sonrisa. 

Cada mes, el pastor y los tutores del proyecto lo visitan. Siempre le proporcionan una gran canasta llena de víveres y alimentos frescos, entre los cuales se encuentran sus galletas favoritas. “Siempre que vienen a la casa me preguntan si estoy bien y si he hecho los deberes. Me cuidan como si fueran mi familia”, dice.

Jostin y sus padres, están muy agradecidos con Dios, Compassion y la iglesia, ya que la situación financiera de su familia es muy precaria. Trabajar en la agricultura no siempre les genera suficientes ingresos para vivir.

La alegría del pequeño se debe a que está bien alimentado, lleno de energía y siente el cálido amor de Dios y de la iglesia. «Cuando sea mayor, quiero ser pastor, para poder ayudar a más niños en todo el mundo.”

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