TESTIMONIOS QUE ALEGRAN EL CORAZÓN

Soy Erick, exbeneficiario de Compassion Ecuador, viví en Bolívar con mis padres y mis 3 hermanos. Cuando mis padres se divorciaron, me toco viajar con mis hermanos a Guayaquil, para vivir con mi abuela materna.
Fue ahí, cuando tuve la oportunidad -lo llamo así, porque todavía no conocía al Señor- de ingresar al programa de la iglesia. Solo asistía al proyecto cuando me daban comida y me ayudaban a realizar tareas, pues mi familia era muy religiosa, y como yo había hecho la primera comunión, era mi obligación asistir a las misas.
A medida que fui creciendo, tomé la decisión de involucrarme más con el proyecto y empecé a asistir a las actividades de la iglesia, a conocer más de la Palabra de Dios y a llevarme mejor con los miembros de la iglesia.
A raíz de esto, cuando cumplí 14 años, decidí bautizarme y a aceptar a Jesús en mi vida. Nada volvió a hacer igual desde aquel día. Me sentía feliz y acompañado.
A los 17 años, la iglesia dictó un taller de panadería, y sin pensarlo dos veces, lo tomé, pues era una gran oportunidad para aprender, crecer y emprender. Le metí tantas ganas y gusto, que el maestro me recomendó a una panadería para que pueda crecer como profesional y empezar a tener un pago fijo.
Con ese sueldo, tuve la bendición de poder inscribirme y capacitarme en otras áreas mas de panadería como: chocolatería, pastelería y repostería.
Luego de intentar en otros lugares de trabajo, se me presentó la oportunidad de asociarme con una amiga para montarnos nuestra propia panadería. Al inició fue duro y muy cansado para los dos, pero con la bendición de Dios, ya han pasado 5 años, y pudimos dar empleo a 3 personas más.
Recuerdo con mucha alegría los tiempos en los que escribía cartas a mis patrocinadores Jeromy y Kelly, quienes me alentaron y me apoyaron a cumplir cada sueño y cada meta. Nunca podré olvidar o borrar de mi mente lo mucho que influyó Compassion y la iglesia en mi vida. Gracias a Dios por bendecirme y ponerme en el camino a gente que me guío, me cuido y dio mucho amor.
Erick actualmente tiene 27 años y le gusta mucho poder enseñar a las nuevas generaciones, aportando con un granito de arena con los jóvenes de la iglesia dando de gracia lo que él recibió de gracia.
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