EL ESCUADRÓN VERDE

A las seis de la mañana, una suave brisa agita la selva amazónica, mientras la ligera neblina se despeja revelando la belleza del paisaje. El canto de las aves exóticas se mezcla con el sonido de los insectos que, junto con el viento, brinda una agradable melodía natural.
Con los primeros rayos del sol, Gildo, director de la iglesia local cooperante, sale de su casa con sus herramientas y pequeñas plantas nativas de la selva en bolsas, para adentrarse en la jungla a plantar.
Una vez al mes, Gildo realiza un pequeño proyecto de reforestación. Él, junto a cinco beneficiarios de Compassion Ecuador plantan árboles nativos en áreas donde se han deforestado por diversas razones. Mientras siembran, el director del centro comparte temas sobre la protección y la conciencia ambiental.
“Es importante que niños y adultos sepan que la selva tropical nos proporciona agua y alimento para sobrevivir. Sin la selva, el planeta colapsaría”, dice Gildo.
Los habitantes de estas áreas selváticas generalmente desconocen los altos niveles de deforestación, razón por la cual, Gildo y su equipo están trabajando para educar a la comunidad sobre la importancia de proteger el bosque que es su hogar.
Gildo es exbeneficiario del programa de patrocinio. En su nuevo rol de liderazgo, quiere animar a los pequeños a ser activos en temas sociales y desarrollo comunitario. “Cuando era niño en la iglesia, aprendí sobre todo lo que Dios creó. Aprendí a amar la naturaleza que Jesús nos regaló, y también aprendí a cuidarla”, dice.
A Martin, Waira, Yarina, Keysha y Danny les apasiona cuidar el medio ambiente. A su corta edad, ya han creado conciencia sobre los peligros de la contaminación. “Plantamos árboles y plantas porque no queremos que nuestro hogar sea destruido”, dice Martin, de 12 años.
Estos niños inteligentes plantan árboles nativos, pero también aprenden a cultivar plantas frutales, vegetales y cereales. El objetivo del proyecto es mantener la naturaleza en su estado más puro para evitar los efectos de la deforestación. “La selva es vida y tenemos que respetarla”, dice Waira, de 12 años.
Muy contentos y orgullosos de su trabajo, los pequeños ya plantaron más de 300 árboles en tan solo unos meses. Su enfoque ambiental también incluye limpiar el río y evitar que se llene de plásticos y desechos. Junto con Compassion y la iglesia, Gildo y su joven equipo están elaborando estrategias para crear conciencia, limpiar y proteger los ríos y el bosque.
“Juntos, podemos cuidar lo que Dios nos dio. Todos podemos ser héroes y salvar el planeta”, dice Martin. Keysha, de 11 años, agrega: “El futuro del planeta depende de nosotros”.
El proyecto de reforestación y cuidado ambiental pronto se extenderá a nuevas comunidades para ayudar a prolongar la vida de la selva amazónica. La conciencia verde es una nueva visión de sostenibilidad y responsabilidad social que se está inculcando a los niños desde edades muy tempranas.
“Cuidar la selva y el planeta es responsabilidad de todos. Juntos, podemos salvar la creación de Dios”, comenta Gildo con una sonrisa en su rostro.
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