TRAS LAS CENIZAS

Los abuelos de Elías llegaron a casa cansados. Había sido otro día largo vendiendo «mote con chicharrón», un popular plato local de maíz y panceta de cerdo, en las coloridas calles de Guaranda. A pesar de su avanzada edad, el negocio de la pareja es la principal fuente de ingresos de su familia, que incluye a la madre y a las hermanas de Elías. En la provincia de Bolívar, las oportunidades de trabajo y educación son escasas.

Después de su duro día de trabajo, la pareja se fue a dormir junto a Elías, pues la casa es muy pequeña y él duerme en su habitación. Horas más tarde, de repente las paredes temblaron, las cosas empezaron a caerse y un humo sofocante llenó la habitación. “El rugido me despertó. Todo estaba oscuro y las paredes temblaban. Estaba asustado”, recuerda el pequeño.

La familia horrorizada se dio cuenta de que el fuego se estaba extendiendo rápidamente desde su cocina, consumiendo toda la casa. En medio de la desesperación, el humo y las llamas, la familia trató desesperadamente de ponerse a salvo.

Posteriormente, llegaron los bomberos a apagar el fuego y los vecinos ayudaron a la familia llevándolos a un lugar seguro. Al amanecer y bajo la cruda luz del día, la magnitud de la tragedia quedó clara. La cocina había desaparecido, no quedaba nada de la estufa ni de las ollas. Todo se había perdido en la explosión.

«Mis abuelos lloraban mucho porque ya no tenían cocina para preparar la comida que venden», comenta la hermana menor de Elías, Dayana de nueve años.

Afortunadamente, la iglesia cooperante de Compassion no dudó en actuar. Tanto Elías como Dayana forman parte del programa de apadrinamiento infantil, por esta razón, el pastor Andrés, rápidamente coordinó el apoyo urgente con una persona en Perú el fondo para niños altamente vulnerables de Compassion.

“La familia de Elías se había quedado sin trabajo y eso afecta a los niños. Por eso no podíamos perder el tiempo y decidimos actuar”, expresa el pastor Andrés.

Con la ayuda de los fondos de HVC, la iglesia levantó nuevas paredes de bloques para crear una nueva cocina y equipó a la familia con una nueva estufa. La familia también recibió ollas y utensilios de cocina para que los abuelos pudieran seguir trabajando y manteniendo a la familia.

«Trabajaré hasta que Dios me dé fuerzas. Nunca dejaré a mis nietos sin comida», menciona Luis, el abuelo de Elías.

Gracias al cariño y la pronta acción de la iglesia, Elías, Dayana, su mamá y los abuelos tienen una nueva cocina. «Doy gracias a Dios y a la iglesia por ayudar a mis abuelos y a mi familia», dice Elías.

El pequeño sueña con ser algún día bombero o pastor para ayudar a muchas familias necesitadas, así como lo ayudaron a él.