MILAGRO EN LA MONTAÑA

Sep 7, 2021

En una de las comunidades más altas de la Cordillera de los Andes se encuentra el pequeño pueblo de Cajamamba, en donde Compassion ha trabajado durante más de 25 años para ayudar a los niños. En esta zona, Flor es quien dirige el Programa de Survival y visita cada día a las madres embarazadas y primerizas.

Myriam, de 30 años, una de las madres beneficiadas, trabaja periódicamente en la agricultura para alimentar a sus hijos pequeños. Cruzando sus ocho meses de embarazo, una noche comenzó a tener fuertes contracciones, mientras sus hijos pequeños descansaban y su esposo viajaba a otra ciudad. «Me dolía mucho el estómago y me di cuenta de que mi hija nacería, estaba sola y asustada», comenta Myriam.

Antony, de 11 años, su hijo mayor, corrió montaña abajo en busca de ayuda. Los familiares llegaron y la vieron en el piso de tierra, rodeada de mantas, con el rostro contorsionado por un dolor severo. Fue una de las noches más frías de la temporada, el viento soplaba fuerte y sacudía las ventanas. La hermana de Myriam preparó té y toallas calientes como preparación para la llegada del bebé, pero algo andaba mal, a pesar de las fuertes contracciones, la niña no pudo salir del vientre. En ese momento, decidieron llamar a Flor, quien de inmediato contrató una camioneta para llevar a Myriam al hospital. “El camino se sentía eterno y su dolor era insoportable. Durante todo el viaje estuvimos orando en voz alta, pidiendo a Dios que los cuidara”, explica Flor.

Cuando finalmente llegaron a la sala de emergencia, los médicos dijeron que el bebé estaba en la posición incorrecta y recomendaron una cesárea de urgencia. Finalmente, la cesárea fue un éxito. A pesar del retraso en su llegada, la pequeña Valentina nació sin complicaciones ni problemas.

Desde su nacimiento ha pasado un mes y Flor visita regularmente a la pequeña y a su madre en las heladas montañas de los Andes. “El camino es largo y el frío intenso, pero mi corazón me calienta cuando veo a una madre feliz”, dice Flor.

A pesar de las dificultades económicas y geográficas, muchas familias se benefician gracias a Compassion recibiendo constante amor, cuidado, alimentos y, sobre todo, el amor de Dios. «Los hermanos y hermanas de la iglesia y Compassion son ángeles que cuidan de nuestros hijos y de nosotros», comenta Myriam.

“Y Dios puede hacer que toda gracia abunde para ustedes, de manera que siempre, en toda circunstancia, tengan todo lo necesario, y toda buena obra abunde en ustedes.”

2 Corintios 9:8

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